Indios Kikapú
En condición de pueblo indígena binacional por que habitan en tanto en Estados Unidos como en México (principalmente el ejido de El Nacimiento en el municipio de Melchor Múzquiz en el Estado de Coahuila); Los Kikapúes son muy celosos de sus creencias y tradiciones. En su religión un buen kikapú cumple con los ritos de cacería, purificación, año nuevo, fuegos sagrados y bautizos por medio de oraciones, sacrificios y ayunos. Las celebraciones van siempre acompañadas de carne de venado. El fuego permanentemente encendido en el centro de la casa recuerda la oración constante a Kitzihaiata, quien escogió a los kikapús repoblar la tierra luego de haberlos salvados del gran diluvio Universal.
Consideran que todo ser vivo en la Tierra tiene vida propia y poder, que se interrelaciona con la misma Tierra y el cosmos, que al morir regresa a la misma y solo pasa a otra dimensión. Cuando Kikapú es sepultado, atrás de su casa, siembran encima de la tumba un árbol, ser con espíritu, que compartirá su nueva vida con sus seres queridos.
El invierno este grupo se dedicaban a la caza de venados y osos y durante el verano emigraban a lugares más propicios para la recolección de frutos silvestres, la pesca y el cultivo de maíz y frijol.
Indios Pima
Los akimel o'odham están en el estado mexicano en Sonora y Chihuahua. Su nombre significa pueblo del río, que los distingue de sus parientes los "pápagos" (la gente del desierto). El nombre pima se forma aparentemente de una frase que significa "No sé", usada repetidamente en su encuentro inicial con los españoles.
Un cristianismo con adaptaciones de ritos y ceremonias creando sus propias estructuras religiosas; aun cuando San Francisco es aceptado como Santo Patrón de las tribus Pimas.
Su alimentación es a base de maíz, frijol, chile, papas, trigo y frutas silvestres. Les gustaba el atole y el champurro, un atole con chocolate endulzado con panocha. También toman café. Pero la bebida que preparan para las fiestas es el tesgüino, hecho con maíz fermentado y endulzado.
Con referencia a sus actividades económicas los Pimas se avocan a la agricultura de subsistencia con base en el cultivo de maíz, frijol, calabaza, papa y trigo y el trabajo asalariado. Este último se consigue en los aserraderos de la región, y en menor medida en las pocas minas circundantes que aún funcionan; pero son los modernos campos agrícolas del suroeste de Sonora a donde migran los Pimas para trabajar como jornaleros.
Pueblo Tacuate Oaxaca
Ubicados en la región de la Costa Chica de Oaxaca o Mixteca de la Costa en los Municipios de Santa María Zacatepec, Putla, Oaxaca y Santiago Ixtayutla, Jamiltepec, Oaxaca (Mexico). El término Tacuate deriva del nahuatl que quiere decir Tlal-hombre y Coatl-Serpiente " Hombre Serpiente".
En su alimentación tradicional los tacuates consumen “la masita” es un revoltijo de maíz quebrajado mezclado con el jugo de la barbacoa, chile molido y cocida a fuego lento sin dejar de mover. De consistencia espesa, la masita tiene un sabor peculiar que atrapa desde la primera prueba sin saber bien a bien si lo que se come son retazos de algún animal hecho puré o maíz apachurrado con sabor a animalito. También comen chicatanas (hormigas culonas, regordetas, crujientes) les quitan las alas, las patas, y la cabeza para preparar una deliciosa salsa.
FIESTAS TRADICIONALES: Su Religión es el catolicismo.
Las mayordomías constituyen el pilar del ciclo festivo y ritual, ya que son “instituciones claves en el desarrollo del consumo social” (Bartolomé y Barabas; 1996, p. 400). En el pueblo existen alrededor de 29 representaciones, entre las que destacan como mayordomías grandes la de la Patrona (8 de diciembre), la del Niño Jesús (24 de diciembre), de San Juan (24 de junio), de San Pedro (29 de junio) y la de Santiago (25 de julio).
Pueblo MAM
Etnia de origen se ubican al sureste de México. La palabra mam se deriva del quiché mam que significa padre, abuelo o ancestro. En Guatemala al igual que en Belice les llaman así a las deidades de la montaña que riegan los cultivos.
Los pueblos mames, se han consolidado las cooperativas de agricultura orgánica, que han tomado como eje organizativo el rescate de sus raíces culturales. La historia de las cooperativas agro ecológicas mames es la historia de un encuentro entre campesinos pobres en busca de opciones y un grupo de religiosos marcados por la enseñanza de la Teología de la Liberación. Los campesinos indígenas que están acostumbrados a trabajar de sol a sol en las fincas de café, llegaron a este encuentro con una larga experiencia de lucha por condiciones de vida más justas. Los religiosos, por su parte, intentaban ir más allá de las reflexiones sobre los problemas macro económicos y buscaban alternativas para las problemáticas locales. Las nuevas cooperativas desarrollaron un discurso reivindicativo de sus derechos como campesinos y como indígenas. Para ellos, el ser mame no implica necesariamente el hablar el idioma mame o utilizar trajes tradicionales financiados por el INI, sino recuperar una historia común y tratar de relacionarse armónicamente con la naturaleza.
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